Me llamo Mirna Alemán y estudié nutrición por una casualidad del destino, pues estaba decidida por odontología. Un día del último año escolar me encontraba en la casa de una amiga, y su mamá quien es doctora, me preguntó qué iba a estudiar. Ella me dio a conocer la carrera y me explicó la importancia que tiene una buena alimentación en la salud. Llegué a mi casa a investigar más y fue así como me apasioné por esta profesión, obteniendo mi título como licenciada en nutrición y dietética unos años más tarde.

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Soy de nacionalidad salvadoreña y en mi país trabajé durante 6 años como nutricionista. Dos de las experiencias de trabajo más satisfactorias fueron mi servicio social en un hospital de alta complejidad, atendiendo pacientes con condiciones severas de salud, y mi último cargo como jefe de nutrición en una residencia de adultos mayores en situación de vulnerabilidad. Trabajar con ellos fue muy gratificante y a la vez fue un reto porque presentaban varias enfermedades que requieren una modificación en la dieta.